Cientos de célebres transmisores de hadices, exegetas, historiadores, jurisconsultos y teólogos de Ahl-us Sunnah narraron el Hadîz de Gadîr en sus fuentes, con expresiones semejantes.
Tabarî, célebre historiador sunnita, en su libro Al-Wilâiah fi Tarîqi Hadîz-il Gadîr, transmite el hadîz a través de muchas vías que llegan al Profeta (BP). Ibn ‘Uqdah Al-Kûfî, en su libro Al-Wilâiah lo transmite de muchísimas personas también. Abû Bakr Muhammad ibn ‘Umar Al-Bagdâdî, conocido como Ya‘ânî, citó el hadîz a través de veinticinco vías. El número de entre los hermanos sunnis que escribieron libros respecto a las particularidades de este suceso histórico en particular llegan a veintiséis personas.
Tirmidhî, en su Sahîh dice: “Este hadîz está calificado de hasan (bueno) y sahîh (confiable)”[1]. Ibn ‘Abd-ul Birr Al-Qurtubi, en su Isti‘âb, tras citar éste y otros hadices al respecto dice: “Todas éstas son transmisiones correctas y comprobadas”[2].
Shams-ud Dîn Adh-Dhahbî escribió un libro especial respecto al Hadîz de Al-Gadîr, y él mismo mencionó el Hadîz con varias cadenas de transmisión en Taljîs-ul Mustadrak, y consideró correctas muchas de esas cadenas de transmisión.
Ibn Hayar Al-Mekkî, dice en As-Sawâ‘iq: “Este es un Hadîz correcto sobre el cual no caben dudas, y lo citó un grupo como At-Tirmidhî, An-Nisâ’î y Ahmad, y sus cadenas de transmisión son muchísimas”[3].
Ibn Hayar Al-‘Asqalânî citó el hadîz en varias partes de su Tahdhîb-ut Tahdhîb, y respecto al mismo opina así: “Ibn Yarîr (At-Tabarî) mencionó la cadena de transmisión del Hadîz en un libro aparte, considerándola sahîh (correcta). Asimismo Ibn ‘Uqdah recopiló las cadenas de transmisión en un solo lugar, transmitiéndolas de setenta Compañeros”[4]. Él mismo dice: “Las vías de este hadîz son bastantes, y muchísimas de ellas son correctas y buenas”[5].
Las arriba mencionadas son las opiniones de algunos sabios en Hadîz y Riyâl de Ahl-us Sunnah, respecto a la certificación del Hadîz de Gadîr.
Además, transmitieron el Hadîz de Gadîr: Ibn Mâyah en su Sunan (T. 1, pp. 28-29); Ahmad en su Musnad (T. 4, p. 281); An-Nisâ’i en Al-Jasâ’is (p. 21) e Ibn ‘Abd-ul Birr en Al-Isti‘âb (T. 2, p. 473) transmiten del Compañero Al-Barâ’ ibn ‘Âzib. Ibn Kazîr en Al-Bidâiah uan Nihâiah (T. 5, p. 209) y Kanz-ul ‘Ummâl (T. 6, p. 398) transmiten de Yâbir ibn ‘Abd-ul·lah. At-Tirmidhî (T. 2, p. 298); Al-Fusûl Al-Muhimmah (p. 25) y Al-Bidâiah uan Nihâiah (T. 5, p. 209) transmiten de Hudhaifah ibn Asîd Al-Giffârî; Musnad Ahmad (T. 4, p. 368); Al-Jasâ’is (pp. 21 y 22); Mustadrak Al-Hâkim (T. 3, p. 109); Al-Isti‘âb (T. 2, p. 473) y Ta’rîj-ul Julafâ (p. 114) transmiten de Zaid ibn Arqam. Ibn Mâyah (T. 1, p. 30); Al-Jasâ’is (pp. 4, 22 y 25) y Hiliat-ul Auliâ’ (T. 4, p. 356) transmiten de Sa‘d ibn Abî Waqâs. Al-Bidâiah uan Nihâiah (T. 7, p. 349); Dhajâ’ir-ul ‘Uqbâ (p. 67) y Ar-Riîad-un Nadirah (T. 7, p. 161) transmiten de ‘Umar ibn Al-Jattâb. Al-Jasâ’is (p. 9); Musnad Ahmad (T. 1, p. 331); Al-Mustadrak (T. 3, p. 132) y Al-Bidâiah uan Nihâiah (T. 7, p. 337) transmiten de ‘Abd-ul·lah ibn ‘Abbâs.
Análisis del contenido de la aleya:
«¡Oh Enviado! Proclama lo que te fue revelado por tu Señor, porque si no lo hicieras no habrás comunicado Su Mensaje, y Dios te mantendrá a salvo de la gente».
(Al-Mâ’idah; 5:67)
Si reparamos en el contenido de la aleya, notaremos lo siguiente:
1) Lo que el Profeta (BP) debía anunciar de parte de Dios era tan crucial e importante, que suponiendo que el Enviado de Dios (BP) no lo hubiese divulgado debido a algún temor, significaría que no habría proclamado su Mensaje divino, e incluso por medio de llevar a cabo esta orden es que su Mensaje llegaba a completarse. En otras palabras, el propósito de «…lo que te fue revelado» no era el conjunto de aleyas coránicas y preceptos islámicos, ya que es obvio que si el Profeta (BP) no hubiera proclamado el conjunto de preceptos divinos, no hubiese llevado a cabo su Mensaje, y tal asunto evidente no necesita del descenso de una nueva aleya. Lo cierto es que su propósito fue la difusión de un asunto en particular, lo cual completaría el Mensaje, teniendo en cuenta la aleya que descendió después de ello: «Hoy, os He perfeccionado vuestra religión…» Por lo tanto, este tipo de orden debe haber sido uno de los principios importantes del Islam que se complementaría con el resto de los principios y ramas islámicas.
2) Desde el punto de vista de las consideraciones sociales y políticas, el Profeta (BP) temía la posibilidad de que si llevaba a cabo tal orden, era posible que recibiese una afrenta por parte de la gente, por lo que para infundirle firmeza, Dios Altísimo le dice: «Y Dios te mantendrá a salvo de la gente».
No es de extrañarse que el Profeta (BP) haya temido anunciar el Califato y Sucesión de una persona como ‘Alî (P) -quien en aquel momento no tenía más de 33 años de edad- por sobre un grupo de personas que desde el punto de vista de la edad eran mucho más mayores que él, en especial para los árabes, que siempre habían considerado los altos cargos como apropiados para los ancianos de la tribu, despreciando a los jóvenes con el pretexto de que eran inexpertos.
Además, muchos parientes de las personas que estaban ahora con el Profeta habían sido muertos en las batallas por la espada de ‘Alî, por lo que el Califato de tal persona por sobre una gente rencorosa resultaba embarazoso. No debemos olvidar tampoco que Hadrat ‘Alî (P) era primo y yerno del Profeta (BP), por lo que originaría que se supusiera que cierto fanatismo tribal y familiar había influido en el Enviado de Dios (BP) para la designación de tal persona para el Califato.
Por otra parte, muchos narradores de hadices transmitieron que el Noble Profeta (BP) quiso dar a conocer a la gente a su sucesor en Mina -y según otra versión en ‘Arafât[6]-, pero algunos desbarataron la reunión por medio de provocar alboroto, griterío y desorden, y finalmente no permitieron que las palabras del Profeta llegaran a oídos de la gente. Ahmad ibn Hanbal en su Musnad y Abî Dâwûd en su Sahîh transmiten de Yâbir ibn Samurah que: “El Profeta (BP) dijo: “La religión permanecerá en su estado de grandeza mientras haya doce Imames…”, entonces la gente comenzó a decir: ¡Allah-u Akbar! y a pegar alaridos, y luego (el Profeta) dijo algo en voz baja”[7]. El transmisor en otra narración dice: “La gente no solo provocó alboroto y gritería, sino que desbarató la reunión por completo por la manera en que continuamente se estaban parando y sentando”[8]. Y según lo transmitido en Sahîh Muslim, Musnad Ahmad ibn Hanbal y otros, el narrador dijo: “La gente hizo tal alboroto que casi quedo sordo”[9]!
Entonces no sería descabellado concluir también que “la gente” a la que se refiere la aleya sea esa misma que según las narraciones citadas, no permitieron que las palabras del Profeta (BP) llegasen a oídos de quienes hubiesen deseado escuchar.
[1] Al-Yâmi‘ As-Sahîh de At-Tirmidhî, T. 2, p. 298.
[2] Al-Isti‘âb, T. 2, p. 373.
[3] As-Sawâ‘iq Al-Muhriqah, p. 25.
[4] Tahdhîb-ut Tahdhîb, T. 7, p. 339.
[5] Fath-ul Bârî fi Sahîh Al-Bujârî, T. 7, p. 61.
[6] Dijo Yâbir ibn Samurah: El Mensajero de Dios (BP) nos habló en ‘Arafât. Dijo Al-Maqdamî en su hadîz: Escuché al Mensajero de Dios (BP) hablar en Minâ. Y éstas son las expresiones del hadîz de Ibn Ar-Rabî‘: Lo escuché decir: “Este asunto continuará con su estado de grandeza y manifestación mientras haya doce, todos ellos de…”. Entonces la gente comenzó a hacer alboroto y a hablar, y no entendí lo que dijo después de “todos ellos de …”. Citado por Ahmad Ibn Hanbal en su Musnad. Beirut, 2º edición, ed. Dâr ul-Fikr, Año 1414 HL, T. 7, p. 428, hadiz: 20981.
[7] Musnad Ahmad ibn Hanbal, T. 77, p. 428, hadiz nº 20981; Muntajab-ul Azar fil Imâm Az-Zân-î ‘Ashar, p. 11, citando de Sahîh ibn Dawûd, T. 2; Kitâb-ul Mahdî, p. 207.
[8] “Dijo el Profeta: “La gente de esta religión permanecerá auxiliando (a la misma) contra quien se le oponga, mientras haya doce califas…”, y la gente comenzó a pararse y sentarse, y él pronunció algunas palabras que no entendí”. Ibídem, p. 20, citando del Shaij At-Tusî, Kitâb-ul Gaibah; Ahmad ibn Hanbal, Ibídem, T. 7, hadiz nº 20993.
[9] Sahîh Muslim, 4º impres., Beirut, año 1412 de la hégira, T. 3, p. 1453, Capítulo: Kitâb-ul Imârah, hadiz nº 9; Ahmad ibn Hanbal, Ibídem, T. 7, p. 435, hadiz nº 2120 (en este hadiz agrega dos veces la frase “la gente impidió que se haga oír”), y p. 428, hadiz nº 20980. El transmisor de esta narración no es solo Yâbir ibn Samurah sino también Hishâm ibn Iazîd y Hafsah bint Sirîn. También se transmitió a través de Abîl ‘Âliah, de Anas ibn Mâlik. Ver: Muntajab-ul Azar, citando a Kifâiat-ul Azar y Al-Hâkim An-Nishâbûrî, Al-Mustadrak ‘Alas Sahihain