Respecto al sello de la profecía, Muhammad el Enviado de Dios, no se le recuerda como un pastor de hoy día. De los relatos que existen a este respecto puede deducirse que él se dedicó también a pastorear los rebaños.
En la narración transmitida por Muhammad Ibn Isaac argumenta que el Mensajero del Islam dijo que todos los profetas habían sido pastores, sin excluirse a sí mismo, y dijo:
"Ningún Profeta fue elegido a menos que hubiese sido pastor de ovejas". Le preguntaron: "¿Vos también?" Respondió: "¡Yo también!". (1)
Los correctores del Sirah de Ibn Hisham dicen:
"Es conocido que el Gran Profeta (BP) acompañado por su hermano de leche llevaba a pastar a las ovejas cuando vivió con los de la tribu de Bani Asad. Este trabajo lo llevaban a cabo basándose en la ley que regía en La Meca de uno por diez.
La ocupación de pastoreo entre los niños, en espacial el pastoreo de los corderos, es un asunto más o menos común entre las tribus y nómadas del desierto, en especial entre aquellos que no poseen grandes rebaños. Los corderos, durante la lactancia y después de unos días de su nacimiento, normalmente son separados de sus madres, y puesto que carecen de fuerza suficiente para ir a las lejanas praderas se quedan cerca de las carpas o en las afueras de los pueblos, y son pastoreados por los niños. Entre aquellos que no poseen grandes rebaños y usualmente no les conviene contratar a un pastor por separado, existe otra costumbre que puede ser tomada como aclaración a que el Profeta del Islam (P) fuese pastor. Esta costumbre es así que diez personas juntan sus rebaños y cada uno de los dueños se compromete a llevar un día a las ovejas a pastar".
Parece ser que esta costumbre era habitual entre la gente de La Meca, mientras que su oficio principal era el comercio y no había dueños de grandes rebaños. Tal vez el significado de uno por diez (o 10%) en la interpretación de los correctores del Sirah de Ibn Hisham transmitido de la obra Raud al Anf se refiere a este mismo método. Por lo tanto el Profeta del Islam (BP) durante su niñez y acompañado por su hermano de leche lleva a pastar a las ovejas, mientras que estando en La Meca cuando tocaba el turno a su tío Abu Talib, él se encargaba de llevar los rebaños al pastizal. En esta forma podemos aceptar el pastoreo de Muhammad (BP) como era común en esa época.
El oficio de ganadería y agricultura en la vida de los Profetas (P), muestra la realidad que los Profetas (P) vivieron siempre entre la gente de su pueblo y ocupados en los mismos oficios comunes entre ellos, sin existir ninguna concesión a su favor ni tampoco superioridad entre ellos y su gente.