Tenemos una experiencia de vida muy breve en este mundo, y este mundo físico tampoco es eterno, los castigos o premios en proporción a los hechos malos o nobles de personas no son posibles aquí. La persona premiada por su bondad no vive lo suficiente como para gozar de la inmensa recompensa que Dios le reserva, y los malvados no viven lo suficiente para recibir un castigo equivalente al perjuicio que han provocado. El Corán expone muy enfáticamente que el Día de Juicio deberá inexorablemente llegar, y Dios decidirá sobre el destino de cada alma según las obras que ésta realizó:
“Pero a los que luchan contra Nuestros mensajes, queriendo frustrar su propósito, les aguarda un doloroso castigo por [su] vileza. Y LOS QUE han sido dotados de conocimiento [innato] saben bien que lo que se ha hecho descender sobre ti por tu Sustentador es
ciertamente la verdad, y que guía al camino que lleva al Todopoderoso, Aquel que es digno merecedor de toda la alabanza.” (Corán 34:3-5) El Día de Resurrección será el Día cuando los atributos de Dios de Justicia y Misericordia serán manifestados con todo su esplendor. Dios derramará Su misericordia sobre aquéllos que sufrieron por Su causa en su vida mundanal, y estaban aguardando confiados que una recompensa eterna estaba esperándolos. Pero aquéllos que abusaron de las libertades otorgadas por Dios, y no hicieron nada para lograr el éxito en la vida del más allá, estarán en el estado más miserable. Dibujando una comparación entre ellos el Corán dice:
“¿Puede, acaso, compararse a alguien a quien hemos hecho una hermosa promesa, que verá
cumplida [a su resurrección]62 con uno al que hemos dado [todos] los goces de esta vida pero que, en el Día de la resurrección, estará entre los que habrán de comparecer [ante Nos]?” (Corán 28:61)
Por iiie.net
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