EL ESTADO COMO SUSTITUTO DE ALÁ
Pero pueden existir en grupos musulmanes, otras formas de liderazgo mesiánico más sofisticadas que las anteriores. Se trata de modelos en donde un Estado islámico totalitario usurpa el lugar de Alá, del Corán y cualesquiera tradiciones, para instaurar su propia revelación. El profesor Ruthven, en un trabajo introductorio sobre el Islam, se refiere precisamente a esto cuando explica que el ayatola Jomeini, luego de la revolución que derrocó al sha de Irán, dejó claro que:
“...el Estado Islámico, es el sucesor del profeta Mahoma y como tal tiene el poder de anular y reformular la ley islámica, aun en cuestiones tan fundamentales de la fe como la oración, el ayuno y la peregrinación” 31.
Este tipo de Estado se constituye de hecho, en una estructura mesiánica de gobierno, un liderazgo colectivo que se presenta ante la gente como la manifestación contemporánea de Mahoma, y por ende, encarna la representación de Alá en la tierra. Es por ello que dichas estructuras se pueden abrogar el derecho de reinterpretar, sin contexto histórico, los textos sacros islámicos, de redefinir los valores de una fe para adecuarla a utopías personales y de imprimir el absoluto divino a todas sus decisiones. Interpretaciones como éstas, sin embargo, son teológicamente heterodoxas. Un ejemplo claro fue la propuesta de Islam de Jomeini, profundamente influida por ideologías ajenas al Islam tradicional e incluso a ideologías seculares provenientes del Occidente como el marxismo.
El régimen religioso totalitario viene a ser entonces, “el Salvador y el Elegido”. Sólo él da la luz que alumbra el camino, hace milagros de provisión social y de iluminación de mentes oscurecidas, es fuente prístina de valores absolutos que se convierten en leyes opresivas. Se presenta como la voz viva de Alá para su generación, y se sitúa por encima del Corán. El caudillo mesiánico, por su parte, a menudo es percibido como un ente sacro, un enviado con autoridad divina de reformular o recuperar aspectos de fe y praxis para su generación.
Un interesante ejemplo de percepciones populares sobre Osama es una entrevista con una inmigrante iraní —hoy norteamericana— inmediatamente después de los sucesos del 11 de septiembre.
31 Malise Ruthven. Islam: A very short introduction. (Oxford: Oxford University Press, 1997), pp. 5-6.
LA VENIDA DEL DOCEAVO IMAM
“Tengo miedo, tengo mucho miedo de lo que pueda pasar en el mundo después de lo de los ataques en Nueva York. Estuve enferma todo el día de ayer. Siento la misma sensación que me venía en Irán cuando estábamos en guerra y sonaban las alarmas porque venían los aviones a bombardear” 32.
La entrevistada se refiere a la sangrienta guerra entre Irán e Irak que duró ocho años, luego del ascenso al poder del ayatola Jomeini en 1979 y su posterior intento de exportar la revolución a los países vecinos. Musulmana criada por una madre devota, Aslani cree firmemente en la doctrina de la venida del doceavo Imam.
“Cuando él venga —no se atreve a mencionar su título y explica que sólo lo puede hacer de pie— se iniciará el fin del mundo”33, dice con expresión reverente. El ayatola Jomeini asumió el poder en Irán después de derrocar a través de una revolución al sha de Irán y uno de los factores que le favoreció fue la popularidad de la escatología islámica del doceavo Imam, una particularidad de la minoría chiita. Muchas personas entonces se preguntaban si se trataba de Jomeini.
Aslani emigró hace mucho a Norteamérica en busca de mejores oportunidades económicas y paz social, hasta hoy trabaja duro ocho horas diarias como obrera. Se acerca ya a los cincuenta de edad. Aslani cree que Osama bin Laden podría ser el enigmático Imam, esperado por cientos de miles de musulmanes.
32 Comunicación personal con Jorge Erdely: 20 de septiembre de 2001, U.K. Se ha omitido el nombre completo para proteger la identidad de la fuente.
33 Ídem.
IV. PAN-ISLAMISMO Y LA NUEVA JIHAD
Según algunos intérpretes, el Islam, la completa sumisión de las personas a Dios, es lo único que puede traer la verdadera paz a la vida de una comunidad y de la sociedad en su conjunto. La rendición a la revelación dada a Mahoma, funciona como la condición para alcanzar esa meta. Esto tiene implicaciones interesantes por la dimensión comunitaria y la esencia expansionista del Islam clásico. No hay otro camino para que exista genuina paz social global sino hasta que el mundo se someta a Mahoma y Alá a través de obedecer la Sharia.
El Islam no hace apología alguna en cuanto a la guerra contra los infieles. Por el contrario, la Jihad se presenta como una obligación religiosa para cada musulmán. Esto implicaba, originalmente, el mandato de conquistar a los pueblos circunvecinos por medio de la guerra. Sin embargo, nunca se debía matar ni a mujeres ni a niños, tam-poco a ancianos ni a enfermos.
El Corán estableció también limitaciones etnoreligiosas. A los “pueblos del Libro o de las Escrituras”34 (una referencia que abarcaba en el contexto tanto a judíos como a cristianos) no se les debía ejecutar. Eran sólo los pueblos politeístas los que, en el contexto de la Jihad, tenían la opción de convertirse al Islam o ser ejecutados35. Tal opción no se aplicaba ni a hebreos ni a católicos u ortodoxos, etcétera, sino que más bien la práctica histórica era cobrarles impuestos después de haberlos conquistado. Una vez bajo el gobierno islámico, se les permitía practicar su religión aunque con algunas restricciones.
La conquista militar de otros pueblos fue el motor del expansionismo musulmán en sus inicios; es un elemento inherente del Islam clásico según la historia.
A la guerra contra los no musulmanes se le conoce popularmente, pues, como Jihad, una guerra de carácter sagrado. La palabra en árabe significa “lucha intensa” y tiene cercanía semántica, aunque no etimológica, con el griego agón.
34 Sura 9:29.
35 Sura 9:5.
REDEFINICIONES: LA GUERRA CONTRA LOS INFIELES
La Jihad, sin embargo, no está restringida sólo al ámbito militar, abarca también la lucha ideológica, verbal y otras formas. De hecho, Ruthven explica que de acuerdo a una conocida tradición, Mahoma hizo la diferencia entre dos tipos de Jihad: una, la guerra contra los infieles, y la otra, contra “el mal”, en abstracto. Actualmente, grupos extremistas islámicos han unificado estos dos conceptos para proclamar fatwas, esto es, condenas religiosas oficiales que imponen el deber de combatir contra Estados Unidos, sus países aliados, incluidos gobiernos árabes moderados. En esta visión, Estados Unidos no es sólo una nación de mayoría no islámica, lo que justificaría, el primer tipo de Jihad, aunque con limitaciones. Representan también el “mal” mismo personificado, lo que justifica la segunda clase de Jihad, la cual se extiende incluso contra el “estilo de vida occidental”.
En una carta atribuida a Osama bin Laden y entregada en Kabul a la cadena de noticias árabe Al-Jazeera, con sede en Qatar, se puede apreciar esta ideología. El documento, originalmente escrito en arábigo y firmado, está dirigido a las bases de apoyo de Bin Laden y el Talibán en Pakistán, e inicia hablando de una cruzada norteamericana “contra la religión del Islam” 36. Dejando a un lado la evocación del imaginario de las Cruzadas —un elemento meramente retórico y superficial del documento—, hallamos elementos comunes del discurso de Bin Laden a través de los años, sólo que magnificado. Estados Unidos es presentado como el representante de facto de la cristiandad occidental, encabezado por “Bush bajo el estandarte de La Cruz”37. De esta manera la cristiandad occidental, Bush y Estados Unidos, e implícitamente Occidente, se presentan sin distingo alguno, como el enemigo a vencer. Esto incluye, por supuesto, a muchos países.
36 “A Letter from Osama bin Laden to the Pakistani People”. Corresponsalía de Al-Jazeera. Kabul, Afganistán. Septiembre 24, 2001.
37 Ídem.
En la carta hallada entre las pertenencias de Mohammed Atta, uno de los secuestradores suicidas del 11 de septiembre, se afirma que:
“...el diablo y sus aliados son aquellos que están fascinados con la civilización occidental y han bebido del amor (de Occidente)” 38.
De acuerdo con esta interpretación, la cual no es nueva (Jomeini, en Irán, la popularizó durante su régimen), Estados Unidos es percibido como la encarnación de Satanás mismo, la causa de todos los problemas sociales del planeta y el enemigo que desea exterminar al Islam, a través de su colonización cultural, injerencia política, poder militar y especialmente su exportación de vicios e inmoralidad.
En la historia contemporánea, diversas sectas islámicas han echado mano de la ideología y el terror para librar su versión de Jihad, sea contra Estados Unidos o contra gobiernos árabes laicistas, contra minorías religiosas en Paquistán e Indonesia, o contra Occidente en general. Sus métodos incluyen secuestros, atentados terroristas contra civiles, incluyendo niños y mujeres. Argelia por ejemplo, es un país de mayoría islámica en donde la guerrilla religiosa no tiene reparo en degollar musulmanes moderados si éstos no se unen a su cruzada para derrotar al gobierno secular. Aldeas enteras han sido masacradas en la última década. ¿Nos debe extrañar que grupos extremistas que asesinan sin mayor reparo a gente de su propia raza y religión, contraviniendo la tradición y la ley islámica, cometan atentados como el brutal ametrallamiento de 85 turistas extranjeros en Luxor, Egipto, hace unos años?
En estos casos se trata, no de Islam clásico, sino de un islamismo sectario que ha redefinido de manera ahistórica muchos conceptos de su religión. La teología del terrorismo suicida ha sido popularizada con este tipo de corrientes, y en la actualidad existen campos de entrenamiento especializados en distintas partes del mundo para adoctrinar y preparar nuevas generaciones, no sólo de combatientes, sino de futuros suicidas religiosos. El proselitismo está particularmente dirigido a jóvenes poco educados que viven en campamentos de refugiados, o zonas urbanas densamente pobladas, pero también ha sido efectuado con éxito en gente de otros estratos sociales y nivel de educación 39.
38 Carta a Mohammed Atta. Op. cit.
39 Los sacrificios suicidas realizados durante actos de terrorismo sectario en las últimas décadas tienen interesantes peculiaridades de acuerdo con varios investigadores. Los que se autoinmolan son personas no marginadas, pero pueden caer en “categorías inciertas”. Por ejemplo, en el estudio de Kramer sobre los jóvenes elegidos para atentados suicidas por Hezbollah y Amal, en Líbano, los seleccionados para ser sacrificadoscomo mártires eran considerados como personas puras, pero consistentemente tenían algo que los señalaba como incompletos, o pertenecientes a categorías inciertas. Porejemplo, eran adultos, aunque la mayoría no era casada; eran miembros de la comunidad, pero sin responsabilidades familiares; piadosos, pero no clérigos. En el caso de los jóvenes voluntarios participantes en misiones suicidas de la organización Hamas, deacuerdo con entrevistas con sus familias, han sido jóvenes no conflictivos, tímidos ynada sobresalientes, pero fueron aceptados en su cultura como héroes después de autoinmolarse. (Véase Martín Kramer “Sacrifice and Fraticide in Shiite Lebanon”, enViolence and the Sacred in the Modern World. Mark Juergensmeyer (Ed.), London: FrankCass and Co., 1992) En entrevistas con la familia de Mohamed Atta se percibe un patrón similar. Atta no sobresalió en la vida, pero sí en la muerte.
Particularmente importante es el proceso de adoctrinamiento en niños y adolescentes. La argumentación religiosa, especialmente la promesa de que el terrorista es un mártir y por lo tanto será trasladado inmediatamente al Paraíso para gozar eternamente de un harem de vírgenes como premio por matar infieles suicidándose, es central, así como las expectativas de honor póstumo.
Es significativo que en la misiva que contenía las instrucciones finales para los pilotos que demolieron el World Trade Center, la primera exhortación haya sido ésta:
Recuerda todas las cosas que Dios ha prometido para los mártires40.
Más adelante se explica qué incluyen dichas promesas:
Recuerda que regresarás a Dios [después de morir] porque estás realizando una obra que Dios ama y le será acepta. (Este) será el día, Dios mediante, que pasarás con las mujeres del paraíso.
Sonríe delante de las dificultades, oh joven, porque vas hacia el paraíso eterno41.
El tema sobre el Paraíso y las mujeres es reiterado a lo largo de cuatro páginas y casi al final cierra diciendo:
Y recibe la muerte de todo corazón por causa de Dios (...) Después nos reuniremos en el cielo más alto...42
Las prácticas de estas nuevas Jihads, además de explotar una distorsión de los códigos de honor y patriotismo de la cultura árabe, se apartan de aquella tradición de caballerosidad —no exenta de algún salvajismo— de legendarios guerreros beduinos y del Imperio Otomano. Por ejemplo, dinamitarse en un camión lleno de niños y mujeres indefensas, nada tendría de heroico para los estándares del Islam clásico.
40 Carta a Mohammed Atta. Op. cit.
41 Ídem.
4
Dr. Jorge Erdely
Dra. Lourdes Argüelles
2 Ídem.