Mientras está cuidando sus necesidades físicas y mentales, el musulmán correcto no se olvida que no sólo está formado de un cuerpo y una mente sino que también tiene un alma apasionada y sensible, cuyos anhelos lo motivan a alzarse a la consagración y a la devoción buscando las bendiciones de Allah y preservándose de Su castigo.
- EMBELLECE SU ALMA A TRAVÉS DE LA ADORACIÓN
Es obligación del musulmán cuidar su alma, por ello la purifica y pule a través de la adoración constante y el conocimiento de Allah, noche y día. Está atento al engaño de Shaitân y a su malicioso susurro, y si en algún momento de debilidad los malos pensamientos invaden su mente recuerda a Allah y de esta manera transita por el Sendero:
{Por cierto que los piadosos, cuando Satanás les susurra, invocan a su Señor y entonces pueden ver con claridad.} [7:201]
El Profeta les decía a sus Compañeros: "Renovad vuestra fe". Entonces le fue preguntado: ¡Mensajero de Allah! ¿Cómo hacemos para renovar nuestra fe? Y él respondió: "Digan frecuentemente La ilâha illa Allah". Transmitido por Ahmad con un Isnâd Yaiid
El musulmán busca fortalecer su alma a través de variadas formas de adoración que realiza por obediencia y temor a Allah, como leer el Corán reflexionando sobre sus profundos significados, recordar a Allah con humildad de corazón, y orar concentrada y devotamente. Así llega a un punto que estos actos de adoración se vuelven parte de su vida y no los abandona. Eso desarrolla y refuerza su sentimiento, hasta que en todas sus situaciones está alerta y consciente de que Allah lo está observando, y por ello no perjudica a sus semejantes ni se desvía del camino recto.