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Al igual que en otros países americanos, los libaneses predominaron en Colombia, seguidos por los palestinos y sirios en este orden. Sin embargo, el cuadro varia considerablemente de región en región, según lo anotado arriba.
Con referencia a su lugar de origen, los inmigrantes libaneses en la región de la costa provinieron de Zahel, Akkarm, Trípoli, Balul, Beirut, Jartún y Miniara; los que llegaron al interior del país, primordialmente de Beabda, Haret Hreik, Hadeth el Jebbea, Rashia Alwadi, Barmana, Hamana y Chiah. Los palestinos venían de Belén y Bethala; los sirios predominantemente de Damasco.
Los libaneses, palestinos y sirios se establecieron en casi todas las partes populosas del país, con excepción del departamento de Antioquia,. Su ausencia en esta región podría explicarse por el marcado interés en los negocios” que caracteriza a sus habitantes, quienes recibían con recelo a quienes podían competir con ellos en sus actividades. El olfato comercia de los antioqueños fue contrastado en un informe británico con las virtudes “sin ostentación, simples y anticuadas de los otros colombianos, a quienes les faltaba “el espíritu de empresa moderna”. Después de su arribo en el norte, muchos inmigrantes fijaron su residencia permanente en la Costa, no solamente en Barranquilla, Cartagena y Santa Marta sino en muchas otras poblaciones de la región. Robert Cunninghame Graham, viajando a través de la región del Sinú como enviado de Gran Bretaña en Colombia en 1917, encontró sirios y palestinos en Palmito, Sincelejo, Jegua y Lorica, donde es muy común oír la lengua arabe. Otros inmigrantes se movieron hacia el interior del país; algunos siguiendo hacia el sur el curso del rió Magdalena, se establecieron en pueblos ribereños Calamar, El Banco, Girardot y Honda, y aprovecharon la arteria para sus actividades comerciales. Otros siguieron hacia la región de Santander. Los mas intrépidos considerando las condiciones difíciles del transporte continuaron hasta la capital. Otros se dirigieron hacia las provincias de Bolívar y Córdoba, en el oeste, o a través de Antioquia y Caldas hacia el Valle del Cauca, cuya capital, Cali, recibió buen numero de inmigrantes sirio libaneses.