10. La mujer goza de ciertos privilegios de los que carece el hombre:
– Está libre de algunos deberes religiosos, p.e. la oración y el ayuno, en sus períodos regulares
en los momentos de parto. – Está exenta de asistir a la asamblea obligatoria del viernes. Esta exenta de toda responsabilidad financiera. – Como madre, goza de mayor reconocimiento y honor a los ojos de Dios (Sagrado Corán 31:14-15). El Profeta Muhammad (Que Dios le bendiga y le de paz) sancionó este honor cuando declaró que el paraíso se encuentra bajo los pies de las madres. – Tiene derecho a las tres cuartas partes del amor y de las atenciones del hijo, quedándole al padre la cuarta parte restante. – Como esposa, tiene derecho a exigir a su presunto marido una dote adecuada, que sería suya propia. – Tiene también derecho a recibir pleno sustento y mantenimiento del marido. – No está obligada a trabajar, ni a compartir los gastos familiares con el marido. – Es libre para retener, después del matrimonio, cuanto poseyera con anterioridad, y el marido no tiene derecho alguno a sus pertenencias. – Como hija o hermana tiene derecho a seguridad y sustento por parte del padre o hermano, respectivamente. Este es un privilegio de la mujer. - Si desea trabajar, autobastarse, y participar en el manejo de las responsabilidades familiares, es totalmente libre de hacerlo, siempre que quedan salvaguardados su integridad y honor.
11. Que la mujer esté situada detrás del hombre en la oración no indica en absoluto que sea inferior a él. Como ya se ha mencionado, la mujer está exentade asistir a las plegarias comunitarias que son obligatorias del hombre. Pero si participa en ellas, se mantiene en filas aparte formadas exclusivamente por mujeres. Lo mismo que los menores se agrupan en filas separadas detrás de los adultos. Es una norma de disciplina en la oración, y no una clasificación por importancia. En las hileras de hombres, el jefe de estado reza, hombro con hombro, con el pobre. los hombres a las categorías sociales más elevadas están al lado de otros hombres de las categorias más bajas.
El orden de las filas en la oración persigue ayudar a todos a concentrarse en la meditación. Es muy importante, porque los rezos musulmanes no son simplementes cantados ni soniquetes. Implica acciones, movimientos, estar de pie, hacer reverencias, postrarse, etc., si los hombres se mezclaran con las mujeres en las mismas filas sería posible que algo les molestara o distrajera su atención. La mente estaría ocupada por algo ajeno a la oración y se apartaría de la abstracción meditativa. El resultado turbaría los propósitos de la plegaria y constituiría un pecado de adulterio cometido por los ojos, porque los ojos -al mirar las cosas prohibidas- puede ser culpable de adulterio, tanto como el corazón. Además, no está permitido que ningún musulmán, hombre o mujer, tocar el cuerpo de otra persona del sexo opuesto durante la oración. Si los hombres y las mujeres están mezclados no se puede evitar tocarse. Más aún, si una mujer está rezando delante de un hombre o al lado suyo, es muy posible que quede al descubierto alguna parte de su cuerpo vestido, después de un determinado movimiento de reverencia o postración. Los ojos del hombre pueden estar mirando la parte descubierta lo que perturbará a la mujer y expondrá al hombre a distracción o a malos pensamientos. Por ello, para evitar la turbación y la distracción, para ayudar a concentrarse en la meditación y en los pensamientos puros, para mantener armonía y el orden entre los orantes, para cumplir los verdaderos propósitos de la oración, el Islam ha ordenado la organización en hileras con los hombres ocupando las primeras líneas, los niños detrás de ellos y las mujeres a continuación de los niños. Cualquiera que tenga algún conocimiento de la naturaleza y los fines de la oración musulmana entenderá rápidamente la sensatez de formar las filas de orantes de esta manera.
12. La mujer musulmana está siempre asociada con una antigua tradición conocida como “el velo”. Es propio del Islam que la mujer debe embellecerse con el velo del honor, la dignidad, castidad, pureza e integridad. Debe abstenerse de todos los actos y gestos que puedan sacudir las pasiones de quienes no sean su legítimo esposo, o hacer sospechar de su moralidad. Se le recomienda que no muestre sus encantos, ni exponga sus atractivos físicos ante extraños.
El velo que debe ponerse debe ser de tal manera que proteja su alma de la debilidad, su mente de la indulgencia, sus ojos de las miradas sensuales y su personalidad de la desmoralización.
El Islam se preocupa sobremanera por la integridad de la mujer, salvaguardando su moral su espíritu con la protección de su caracter y personalidad. (cf. Sagrado Corán 24: 30-31)
13. Queda ya claro que las condiciones de la mujer alcanza en el Islam una altura sin precedentes y se acomoda a su naturaleza de forma realista. Sus derechos y deberes son iguales a los del hombre, aunque no sean necesarios ni absolutamente idénticos.
Si se la desposee de una cosa en algún aspecto, se le compensa plenamente con más cosas en otros aspectos. El hecho de que pertenezca al sexo femenino carece de importancia en su condición humana o en su personalidad independiente, y no da base para justificar los prejuicios contra ella o la injusticia hacia su persona. El Islam le da tanto como le pide. Sus derechos se equilibran perfectamente a sus obligaciones. Se mantiene la igualdad entre los derechos y los deberes, sin que unos sobrepase a otros. La condición de la mujer aparece claramente en el versículo coránico que puede traducirse en estos términos:
“Las divorciadas aguardarán tres menstruos y no le es lícito ocultar lo que Dios ha creado en sus entrañas, si creen en Dios y en el día del Juicio Final. En esta situación, será más conveniente que sus esposos las readmitan, siempre que deseen la reconciliación, y ellas tienen derechos sobre ellos como ellos sobre ellas, y los hombres tienen un grado sobre ellas, porque Dios es poderoso, prudente” (Sagrado Corán 2:228).
Este grado no es título de supremacía o una autorización para dominar sobre ella. Corresponde a las responsabilidades adicionale y de cierta compensación por sus obligaciones ilimitadas. El versículo antes mencionado se interpreta siempre en la luz de otro.(4:34)
Son estas responsabilidades adicionales las que dan al hombre un grado sobre la mujer, en algunos aspectos económicos. No se trata de un grado superior en mandar, o en carácter. Ni tampoco el dominio de uno sobre el otro, o la supresión de uno por el otro. Es una distribución de la abundancia divina, de acuerdo con las necesidades de la naturaleza, de las que Dios es Hacedor. Y Él conoce muy bien lo que es bueno para la mujer y lo que es bueno para el hombre. Dios es absolutamente infalible cuando declara:
” ¡Oh humanos! Temed a vuestro Señor, que os creó de un sólo ser,del cual creó a su esposa y de ambos hizodescender a innumerables hombres y mujeres” (Sagrado Corán 4:1).
Fuente:http://usuarios.lycos.es/nurislam/MujerIslam.html
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