A lo largo de la historia ciertas religiones, por su evolución, han enfatizado las formas internas de adoración, disminuyendo completa o parcialmente la importancia de las exteriores, mientras que otros han enfatizado los rituales aparentes o visibles, disminuyendo el valor de la espiritualidad.
En el Islam no hay una separación absoluta entre lo interno y lo externo – el estado interior produce manifestaciones externas, y las condiciones y acciones externas deben tener consecuencias internas.
En el Islam no hay una separación absoluta entre lo interno y lo externo – el estado interior produce manifestaciones externas, y las condiciones y acciones externas deben tener consecuencias internas.
Existe una correspondencia entre el estado interno y externo, y cada uno tiende a modificar al otro. Todos los sucesos internos encontrarán un equivalente en las acciones. Uno a menudo puede juzgar el interior de una persona a través de su comportamiento exterior. Una persona en un estado de miedo, por ejemplo, tiene cierta postura y expresión en su rostro. A la inversa, si se adoptan ciertas expresiones o posturas resultan los estados interiores equivalentes.
Los actos visibles de adoración ofrecidos a Dios son fruto de la creencia del musulmán. Por esta razón, el Islam no sólo requiere la fe en las verdades absolutas delineadas por su doctrina, sino que también exige que esa creencia en Dios produzca acciones visibles. No es suficiente con tener ciertas creencias para alcanzar la salvación, sino que los actos son esenciales para lograr el éxito en esta vida y en la próxima.
Dios ha ordenado a los musulmanes cumplir ciertos mandamientos en el transcurso de sus vidas, ejemplificados en los cinco pilares del Islam. Algunos actos de adoración tienen carácter diario, como las plegarias, otros son anuales, como la caridad obligatoria (Zakat) y el ayuno de Ramadán, y otros al menos una vez en la vida, como la peregrinación a la Meca.
Existen muchos otros actos de adoración prescritos en el Islam además de los cinco pilares, algunos de los cuales son obligatorios y otros voluntarios. Aunque hay un ritual exterior relacionado a estos actos de adoración, no deben confundirse con el simple ritualismo o reglamentación. Los actos de adoración deben realizarse con la conciencia puesta en la presencia y omnisciencia de Dios. Las acciones realizadas mecánicamente producen autómatas y no ayudan al crecimiento espiritual.
Existen muchos otros actos de adoración prescritos en el Islam además de los cinco pilares, algunos de los cuales son obligatorios y otros voluntarios. Aunque hay un ritual exterior relacionado a estos actos de adoración, no deben confundirse con el simple ritualismo o reglamentación. Los actos de adoración deben realizarse con la conciencia puesta en la presencia y omnisciencia de Dios. Las acciones realizadas mecánicamente producen autómatas y no ayudan al crecimiento espiritual.
“La piedad no consiste en orientarse hacia el oriente o el occidente, sino que consiste en creer en Allah, el Día del Juicio, los Ángeles, en los Libros Revelados. los Profetas, hacer caridad a pesar del apego que se tiene por los bienes, a los parientes, huérfanos, pobres, viajeros insolventes, mendigos y cautivos, hacer la oración prescrita, pagar el Zakat, cumplir con los compromisos contraídos, ser paciente en la pobreza, la desgracia y en el momento del enfrentamiento con el enemigo.Ésos son los justos, y ésos son los temerosos de Dios.” (Corán 2:177)