La religión del Islam ha permitido todo tipo de transacciones financieras, tales como la compra y la venta, la asociación y la conformación de compañías, el alquiler, el comercio y el trueque, para facilitar los asuntos de la vida diaria. Todo esto por supuesto, está permitido de acuerdo a los lineamientos generales dispuestos por la ley islámica, tal como que ninguna de las partes salga perjudicada en la transacción, y se preserven los derechos de los individuos. También, ambas partes deben estar satisfechas con el acuerdo comercial, y el producto debe ser expuesto íntegramente al igual que las cualidades relativas a él.
Nada está prohibido en el Islam excepto aquello que encierra un peligro o un perjuicio para una de las partes, tales como el cobro de intereses, las apuestas o una transacción comercial en la que no se conoce apropiadamente el producto final, o la especulación.
El Islam otorga a cada persona el derecho de usar libremente su dinero de acuerdo a la Ley Islámica, y solamente la persona puede ser privada de hacerlo si se prueba que sus acciones causarán un daño a sí mismo o a los demás. Los niños, las personas mentalmente afectadas, el incompetente23, y aquellas personas que tengan deudas hasta que paguen sus préstamos, están entre aquellos a quienes se les puede inhibir hacer uso de su riqueza. En esto, podemos ver una gran sabiduría y una protección de los derechos que claramente está de acuerdo con el sentido común.
----------------------------------
23 Son aquellos que no saben cómo realizar las transacciones financieras y pueden ser víctimas de abuso y estafa.