"El caso del ataque a las torres gemelas del World Trade Center, visto desde fuera, se puede percibir como un acto de violencia destructiva irracional contra la sociedad, o como un acto de protesta contra Occidente, o como obra de fanáticos desquiciados. Pero analizado desde otro ángulo tiene una coherencia interna que queda oculta cuando no se entiende la ideología religiosa que lo motivó. Los diecinueve hombres que se suicidaron la mañana del 11 de septiembre creían que ese mismo día estarían en el Paraíso, y todos sus pecados les serían perdonados gracias a su colaboración con la Jihad o guerra contra los infieles. Es crucial entender esto. En este sentido su acción significaba más que un acto de terrorismo o una acción de guerra: era la práctica de un peculiar rito religioso, institucionalizado por Al-Qaeda y su guía espiritual, Osama bin Laden. Teológicamente, era la forma de ir al Cielo sin tener que esperar la resurrección de los muertos —a diferencia del resto de los musulmanes— y por tanto un acto de piedad altamente valorado en su sistema de creencias.
Los guerreros religiosos creían eso y actuaron en consecuencia. Pero antes hubo alguien que los adoctrinó al respecto y que dio la orden de actuar.
Erdely23 ha estudiado los suicidios colectivos como rituales religiosos en diferentes culturas, grupos y circunstancias. Sus investigaciones muestran que independientemente del substrato distinto y las particularidades de varias organizaciones, es posible identificar patrones de conducta y procesos similares. Si Durkheim, en su análisis de 189724 veía la causa del incremento del suicidio en las sociedades industrializadas en la anomia, Erdely encuentra que la teología del suicidio ritual tiene coherencia interna y, paradójicamente, propósitos. No es una expresión de desesperación ni una respuesta al vacío existencial. En algunos casos, la anomia puede explicar el ingreso a o la permanencia en esos sistemas de creencias, pero no motiva en sí los suicidios rituales. Hablando de mecanismos sociológicos que interactúan con estas teologías, Erdely explica:
La obediencia incondicional es un requerimiento clásico en los sistemas totalitarios. El poder de los mismos, en términos de influencia social y psicológica, es muchísimo mayor cuando se trata de instituciones religiosas dirigidas por quienes son considerados Mesías u hombres divinizados. Las razones que sustentan esto son obvias.
Cuando una comunidad realmente percibe a un liderazgo así, para ella su poder y autoridad trasciende por mucho al de cualquier institución social, llámese Estado, familia, o aun religión 25.
23 Jorge Erdely, “Suicidios Colectivos Rituales: Un Análisis Interdisciplinario”. CIENCIA ergo sum. 7 (1), Universidad Autónoma del Estado de México: 2000.
24 Émile Durkheim, El suicidio. (Madrid: Akal, 1976).
25 Jorge Erdely, “Suicidios Colectivos Rituales: Un Análisis Interdisciplinario”: op cit. p. 74."