"Al analizar conductas como las anteriores, es importante explorar la interrelación de los factores religiosos generales con las idiosincrasias culturales de las sociedades islámicas. Uno de esos factores es la dimensión comunitaria.
En culturas como las árabes, el miedo al ostracismo social puede tener una influencia quizás mayor que en otras sociedades. En contraste con Occidente y su marcada tendencia al individualismo, las sociedades islámicas son intensamente comunitarias. No sólo la familia nuclear, sino los lazos con parientes de todo grado son muy importantes, y ejercen una influencia fortísima en la identidad personal y el estilo de vida. Esta realidad se extiende a la comunidad étnica inmediata y geográficamente tiene expresión en la colonia, pueblo, ciudad, zona, país, región, y eventualmente, aunque con matices, al llamado mundo árabe.
Esta dimensión comunitaria de la cultura islámica hace particular-mente temible la posible exclusión del grupo, pues desestabiliza la identidad de manera distinta que el aislamiento de un occidental individualista de su entorno social. La exclusión del grupo es vista como un ataque a la identidad misma de la persona y trastoca toda su manera de vivir y relacionarse. Aunado a las ideologías religiosas, el significado que esto puede tener para diseñar mecanismos coercitivos para controlar la voluntad en grupos religiosos, no puede subestimarse, pues lo inverso al miedo al rechazo, es el deseo de pertenencia y aceptación grupal.
El temor al rechazo y la explotación de la necesidad de aceptación grupal son factores cruciales de manipulación en todos los sistemas totalitarios. Las culturas con fuertes valores comunitarios son particularmente vulnerables."