El Islam ubicó a la mujer en un lugar elevado y honorable. El Profeta exhortó a los hombres en el cuidado, atención y bien hacia ellas. El Profeta entendía perfectamente el carácter de ellas. En el Sermón del Adiós último discurso del Profeta, dijo lo que debía decir a los musulmanes, en el lugar del Hayy (Peregrinación), enalteció a la mujer.
Si queremos conocer a la mujer y cual es su lugar en el Islam, debemos así mismo saber el pensamiento de otras culturas y civilizaciones con respecto a ellas. La mujer para los Griegos era una criatura que servía únicamente para atender la casa y traer los hijos, visión compartida por Aristóteles concibiéndola al mismo nivel de los esclavos. En algunas sectas ubicaban el lugar de las niñas como el de sirvientas las cuales podían ser incluso vendidas por el padre, siendo consideradas menores de edad, no otorgándole herencia mientras no tenían hijos.
En los Romanos, la mujer era un instrumento de placer y propiedad que se podía vender a bajo precio. Hacían lo que querían con ella. Otros pensadores opinaban que la mujer era un mal necesario y fuente de placer. La era de la ignorancia antes del Islam en los árabes, la mujer era humillada, sometida, esclava y hasta sepultada. Al final, vino el Islam, después de haber pasado épocas amargas, tomando de la copa de la humillación, deshonra, con una Jurisprudencia amplia, y justa, devolviéndole el honor a la mujer, así como su soberanía e independencia, declarando a los que enterraban a la mujer viva, como uno de los pecados mayores, motivando y ordenando a la sociedad, el buen trato, honroso, honorable, digno, la buena educación. La recompensa para quien actúe de esta manera, es el Paraíso.
Dijo Abu Said Al Judri, “Quien tiene tres niñas o hermanas, o dos y las ha tratado bien acompañándolas en todo momento y las trató bajo el temor de Dios, será recompensado con el Paraíso. Quien no tiene diferencias entre varones y hembras, tratándolos por igual, también serán recompensados por Dios.”
El Islam otorga el derecho a la mujer para que sea educada, como nos lo dice el sagrado Corán “Y recordad los signos de Allah y la Sabiduría que se mencionan en vuestras casas; es verdad que Allah es Sutil y está perfectamente informado”
La dote es un derecho de la mujer sobre el esposo, lo cual constituye un bien para ellas, además legisló el Islam el derecho a la herencia, así como el derecho a escoger su esposo, sin ser obligada, ni sometida al casamiento. Además determinó el Islam la igualdad entre el hombre y la mujer en cuanto a las obligaciones, derechos y recompensa. Deben compartir como iguales desde la creación del hombre. El Sagrado Corán nos dice: “¡Humanos! Temed a vuestro Señor que os creó de un solo ser, del cual concibió a su esposa y de ambos se diseminaron innumerables hombres y mujeres: todos vosotros provenís de ese mismo ser. Temed, pues, a Dios, a cuyo auxilio recurrís para satisfacer vuestras necesidades y cuyo nombre invocáis recíprocamente tratando vuestros asuntos, y respetad los vínculos sanguíneos, sean cercanos o lejanos; no los rompáis, porque Dios os está vigilando permanentemente, no le escapa nada de cuanto hacéis y os reserva la debida recompensa o castigo.”
En otro versículo nos dice: “Las esposas tienen tanto de derechos como de obligaciones, dentro de lo que acepta la legislación, y los hombres poseen el grado de protección y resguardo sobre las mujeres, la vida matrimonial y el cuidado de los hijos. Sabed que Dios está por sobre Sus siervos y ordena y legisla para los mismos lo que es acorde con la sapiencia.”