El Islam prohíbe el consumo de carne de un animal muerto por muerte natural, ahogado, estrangulado, por enfermedad o por caída; consumir sangre, cerdo o todo lo que sea sacrificado en el nombre de ídolos.
En el área de la vestimenta y los adornos, los hombres tienen prohibida la ceda, el oro y la extravagancia. Los musulmanes tienen prohibido estar desnudos o exponer sus muslos; dejar sus ropas largas y arrastrarlas por el suelo con la intención de alardear; y vestir ropas que llamen la atención.
Está prohibido dar falso testimonio; hacer acusaciones falsas en contra de una mujer creyente casta; acusar a alguien que es inocente; mentir; difamar y calumniar; llamar a las personas con sobrenombres ofensivos; esparcir rumores y calumnias maliciosas; reírse de los musulmanes; hacer alarde de la posición; sembrar dudas sobre el linaje de una persona; calumniar, insultar y decir obscenidades; hablar de manera indecente y grosera; maldecir en público, salvo por alguien que ha sido agraviado.
El Islam prohíbe mentir; una de las peores formas de mentiras es la mentira sobre los sueños, como fabricar sueños y visiones para probar las virtudes de alguien o para obtener ganancias materiales.
Los musulmanes tienen prohibido alabarse a sí mismos, o hablar en secreto: dos personas no deben hablar en secreto excluyendo a un tercero, porque esto es ofensivo. Está prohibido insultar a un creyente o a alguien que no merece ser insultado.
El Islam prohíbe hablar mal de los muertos; rezar por la muerte; desear la muerte porque se está atravesando por un sufrimiento; orar en contra de uno mismo, o de uno de los hijos, de los siervos o de la propia riqueza