‚La religión es sinceridad‛. Le preguntamos: ‚¿Hacia quién?‛. Él respondió: ‚Hacia Dios, hacia Su Libro, hacia Su Mensajero, hacia los líderes de los musulmanes, y hacia el prójimo en general‛ (Muslim).
Abdur-Rahmán A. Al-Sheha
Abdur-Rahmán A. Al-Sheha
Ser sincero con Dios se logra creyendo en Él, adorándolo solamente a Él, negando que tenga un compañero o asociado, declarándolo por encima de toda imperfección. Creer que Dios es Quien dispone de todos los asuntos en el universo. Lo que sea que Él desea, sucede, y lo que sea que Él no quiera que suceda, jamás sucederá. Se deben observar todos Sus preceptos y abstenerse de todo lo que ha prohibido.
La sinceridad hacia Su Libro se logra creyendo que es la palabra de Dios revelada por Él, y que es la última de las escrituras reveladas. Apegándose a Sus preceptos, tomando como lícito todo lo que en él ha sido declarado como tal, y abandonando todo lo que el libro ha prohibido.
La sinceridad hacia Su Mensajero implica obedecer sus órdenes, creer en todo lo que nos ha informado del oculto, y abstenerse de lo que ha prohibido. Debe ser amado y respetado, y su Tradición debe ser seguida y difundida entre la gente.
Se debe mostrar también sinceridad hacia los líderes de los musulmanes obedeciéndoles a menos que ordenen el pecado, guiándolos a lo que es mejor y ayudándolos en ello, y absteniéndose de rebelarse contra ellos. Por el contrario, deben ser aconsejados gentilmente y se les debe recordar los derechos de la gente.
La sinceridad hacia el prójimo se logra guiándolos a lo que es bueno y beneficioso tanto en asuntos de religión como mundanos. Se debe ayudar a satisfacer las necesidades del prójimo y protegerlos de aquello que pueda perjudicarlos. Se debe amar para ellos lo que se ama para uno mismo y detestar para ellos lo que se detestaría para uno mismo, y se los debe tratar en la misma manera en que nos gustaría ser tratados.
El Islam ha encomendado la generosidad, por el amor y el afecto que difunde entre la gente. El Profeta dijo:
‚Nada pesa más en la balanza (de las buenas obras) que los buenos modales‛ (Abu Dawud).
Dios, glorificado y exaltado sea, dispuso lineamientos generales en el siguiente versículo definiendo los límites de la generosidad. Dios dijo:
‚No sean avaros, pero tampoco derrochadores‛ (Corán 17:29)