¡LA MECA POR LO MENOS UNA VEZ..EN LA VIDA..!
El santuario mequés de la piedra negra o piedra sagrada ha perdurado hasta nuestros días tras sucesivas modificaciones siendo la ultima importante la del siglo XVII. La planta del santuario propiamente dicho, rectangular, mide diez por doce metros. Todavía se conserva y venera la piedra, basáltica engastada en su extremo sudoriental, a metro y medio del nivel del suelo, y el pozo sagrado de Zemzem para las abluciones. Continúan practicándose viejas normas rituales de origen mágico. Y la Caaba sigue siendo centro obligado de visita en las peregrinaciones islámicas a La Meca.
Practicas rituales.
Entre las practicas religiosas de las distintas tribus sobresalía, con carácter unificador, este culto a la piedras (litolatría), en especial las “piedras divinas” o aerolitos, caídos, que también hallamos entre los primitivos hebreos (adoración de betilos).
Junto a los dioses protectores de las distintas tribus, se precisan tres divinidades femeninas, entre ellas Uzzá, asimilable a la Venus asiática, con un santuario propio en Ancla. Estas divinidades estaban supeditadas al “dios protector de la tribu” que recibía el nombre genérico de Alláh (dios). Pero no cabe pensar en un culto monoteistico anterior a Mahoma. Se conocía los sacrificios, en general de camellos, que tenían lugar en ciertas épocas del año en los santuarios tribales. Los fieles se reunían en ellos, se rapaban la cabeza en señal de penitencia y participaban en la comida ritual, comiendo de la carne del animal inmolado. Las procesiones y las vueltas en torno del santuario con cánticos y aclamaciones constituían el suplemento de estas ceremonias primitivas. No existía clase sacerdotal , aunque si guardianes en los santuarios, y arúspices y adivinos que predecían el provenir.
cortesia