Notable resistencia político-militar
Las sociedades árabes y beréberes, de campesinos, artesanos y nómadas, que habitaban la costa mediterránea de África y el Sahara, se caracterizaron por su notable resistencia político-militar y cultural a la ocupación europea; esta se desarrollo de forma gradual a partir de 1828, cuando los comerciantes de la costa europea del Mediterráneo denunciaron ante sus respectivos gobiernos las actividades de piratas con asiento en Marruecos, Argelia, Túnez y Libia, que lesionaban sus intereses económicos.
Las sociedades árabes y beréberes, de campesinos, artesanos y nómadas, que habitaban la costa mediterránea de África y el Sahara, se caracterizaron por su notable resistencia político-militar y cultural a la ocupación europea; esta se desarrollo de forma gradual a partir de 1828, cuando los comerciantes de la costa europea del Mediterráneo denunciaron ante sus respectivos gobiernos las actividades de piratas con asiento en Marruecos, Argelia, Túnez y Libia, que lesionaban sus intereses económicos.
Procesos políticos y económicos desiguales
La extensa región conoció procesos políticos y económicos desiguales a lo largo del siglo XIX; su mismo proceso de partición entre las potencias europeas correspondió a esas particularidades como la organización política, las concentraciones urbanas, la existencia de grupos económicos fuertes, el grado de control sobre las comunidades campesinas y las tribus del interior. Los extremos geográficos de la región tuvieron formaciones políticas centralizadas e independientes frente al Imperio turco; las sociedades radicadas entre ellas habían alcanzado la autonomía negociada, pero sufrían periodos de inestabilidad no solo por las presiones de sus vecinos y de Europa, también por las protestas internas.
Tres fuerzas transformaron estas relaciones:
La presencia comercial europea, que integro cada vez mas al sistema capitalista las economías norafricanas en torno a las materias primas, los alimentos, las manufacturas y los productos industriales.
Las inversiones en comunicaciones y en planes de modernización y los prestamos provenientes de bancos europeos:
La fuerza militar que destruyo resistencias, modifico fronteras y domino gobiernos y pueblos.
La perdida de la libertad y la debilidad que los gobiernos habían mostrado frente a la expansión capitalista europea motivaron dos tipo de reacciones en la comunidad: una militar, proveniente de las tribus confederadas y otra intelectual y religiosa, nacida en los círculos árabes e islámicos que buscaron una renovación profunda de las relaciones del Islam con Europa en torno al progreso material a la posibilidad de compartir con Occidente su prosperidad y aquellos valores que proclamaban como patrimonio de la humanidad: la libertad, la igualdad de derechos y el bienestar.
En Argelia
La extensa región conoció procesos políticos y económicos desiguales a lo largo del siglo XIX; su mismo proceso de partición entre las potencias europeas correspondió a esas particularidades como la organización política, las concentraciones urbanas, la existencia de grupos económicos fuertes, el grado de control sobre las comunidades campesinas y las tribus del interior. Los extremos geográficos de la región tuvieron formaciones políticas centralizadas e independientes frente al Imperio turco; las sociedades radicadas entre ellas habían alcanzado la autonomía negociada, pero sufrían periodos de inestabilidad no solo por las presiones de sus vecinos y de Europa, también por las protestas internas.
Tres fuerzas transformaron estas relaciones:
La presencia comercial europea, que integro cada vez mas al sistema capitalista las economías norafricanas en torno a las materias primas, los alimentos, las manufacturas y los productos industriales.
Las inversiones en comunicaciones y en planes de modernización y los prestamos provenientes de bancos europeos:
La fuerza militar que destruyo resistencias, modifico fronteras y domino gobiernos y pueblos.
La perdida de la libertad y la debilidad que los gobiernos habían mostrado frente a la expansión capitalista europea motivaron dos tipo de reacciones en la comunidad: una militar, proveniente de las tribus confederadas y otra intelectual y religiosa, nacida en los círculos árabes e islámicos que buscaron una renovación profunda de las relaciones del Islam con Europa en torno al progreso material a la posibilidad de compartir con Occidente su prosperidad y aquellos valores que proclamaban como patrimonio de la humanidad: la libertad, la igualdad de derechos y el bienestar.
En Argelia
La lucha contra la invasión francesa de 1830 estuvo dirigida por Abd El Kader quien organizo una confederación de tribus y combatió hasta 1847, cuando fue derrotado. Los beréberes de la región conocida como La Kabylia se levantaron contra la amenaza provocada por los colonos y las expropiaciones del gobierno militar y colonial, en 1857 y en 1871, el dirigente Al Mokrani realizo la ultima tentativa de autonomía argelina. Sin embargo, las tribus nómadas del Sahara continuaron hostilizando a las tropas y a los colonos hasta avanzado el siglo XX.
En Egipto
En Egipto
Muhammad Alí una profunda reforma de su tierra en un intento por liberarla del control turco y por modernizarla mediante la apertura de canales y carreteras y reformas económicas, como la introducción del monopolio comercial. Con su renovado poder militar, rivalizo con el Imperio turco otomano en Palestina y Siria, y trato de someter a Libia y Sudán; a pesar de que estas empresas fueron contenidas por los europeos que apoyaban al Imperio turco, el Egipto de Muhammad se constituyo en un poder fuerte hasta mediados del siglo XIX. Sus descendientes lo debilitaron por el endeudamiento creciente con la banca europea y con los proyectos de construcción del Canal de Suez, que convirtió a Egipto en una pieza estratégica en el comercio con la India y en un botín para el imperialismo.
Las amenazas europeas sobre el país y la perdida de confianza y legitimidad del gobierno provocaron fuertes levantamientos nacionalistas entre 1879 y 1882, dirigidos por Ahmed al Husayni, que fueron derrotados por tropas británicos. A partir de ese instante Egipto perdió su libertad y en 1914 seria gobernado como un protectorado de Gran Bretaña.
Las amenazas europeas sobre el país y la perdida de confianza y legitimidad del gobierno provocaron fuertes levantamientos nacionalistas entre 1879 y 1882, dirigidos por Ahmed al Husayni, que fueron derrotados por tropas británicos. A partir de ese instante Egipto perdió su libertad y en 1914 seria gobernado como un protectorado de Gran Bretaña.
En Sudán
Mas al sur, en Sudán, el renacimiento islámico condujo a la organización de resistentes núcleos campesinos y religiosos, motivados por la promesa de recuperación del equilibrio y del orden perdidos y por la encarnación en Muhammad Ahmad, su lider, del Mahdi o redentor. Este movimiento que se inicio en 1881 y duro hasta 1898, derroto a los británicos y freno la expansión europea por un tiempo. Convertido en un Estado islámico que se interponía en los proyectos estratégicos de la Gran Bretaña. Sudán se vio debilitado por ataques múltiples y diversos que lo llevaron a desaparecer a fines del siglo XIX.
En Túnez
Se contrató varios empréstitos durante gran parte del siglo XIX hasta que en 1881, su declaración de bancarrota y la inestabilidad política regional lo enfrentaron al gobierno francés, quien lo sometió por medio de un tratado de protectorado.
En Libia
Mas al sur, en Sudán, el renacimiento islámico condujo a la organización de resistentes núcleos campesinos y religiosos, motivados por la promesa de recuperación del equilibrio y del orden perdidos y por la encarnación en Muhammad Ahmad, su lider, del Mahdi o redentor. Este movimiento que se inicio en 1881 y duro hasta 1898, derroto a los británicos y freno la expansión europea por un tiempo. Convertido en un Estado islámico que se interponía en los proyectos estratégicos de la Gran Bretaña. Sudán se vio debilitado por ataques múltiples y diversos que lo llevaron a desaparecer a fines del siglo XIX.
En Túnez
Se contrató varios empréstitos durante gran parte del siglo XIX hasta que en 1881, su declaración de bancarrota y la inestabilidad política regional lo enfrentaron al gobierno francés, quien lo sometió por medio de un tratado de protectorado.
En Libia
Por su parte había sido organizada en torno a una hermandad clandestina vinculada a los movimientos de renovación islámica que se llamo Sanusiya; su jefe Muhammad al Sanust, resistió a las expediciones egipcias y mantuvo en la costa, por buen tiempo, a los italianos que la invadieron en 1911.