El Profeta r solía dormir sobre una estera, un tapete de cuero, un tapete de paja, o sobre una cama. Su estera estaba hecha de cuero relleno de fibra, y lo mismo era su almohada.
No dormía más de lo que necesitaba, ni tampoco se negaba a sí mismo el sueño que necesitara.
Solía dormir en la primera parte de la noche y orar en la última parte. También pasaba la primera parte de la noche encargándose de los asuntos de los musulmanes.
Cuando se detenía para descansar tarde en la noche durante un viaje, dormía sobre su lado derecho. Pero cuando se detenía justo antes del amanecer, ponía su cabeza sobre su brazo.
Cuando dormía nadie lo despertaba hasta que se despertaba por sí mismo. Sus ojos dormían pero su corazón permanecía despierto.
Cuando se retiraba a la cama solía decir: “Bismik- Allaahumma namutu wa nahya.” (Oh Señor, en Tu nombre vivimos y morimos)[2]. Hacía una copa con sus manos, soplaba dentro de ellas, y recitaba dentro de ellas Sura Al-Ijlaas, Al-Falaq y An-Nas y luego frotaba sobre su cuerpo, empezando por su cabeza, cara y la parte frontal de su cuerpo. Hacía esto tres veces.[3]
Solía dormir sobre su lado derecho y ponía su mano debajo de su mejilla derecha. Luego decía: “Allaahumma qini `adaabaka yawma tab`azu `ibaadak.” (Oh Señor protégeme de tu castigo en el Día en el que resucites a tus servidores)[4].
Le dijo a algunos de sus compañeros: “Cuando ustedes se retiren a sus camas, hagan el wudhu' como lo hacen para la oración, luego acuéstense sobre su lado derecho y digan: 'Allaahumma aslamtu nafsi ilaika wa wayyahtu wayhi ilaika wa fawwadhtu amri ilaika wa alya'tu dahri ilaika, raghbatan wa rahbatan ilaik. La malya'a wa la manyaa minka illa ilaik. Aamantu bikitaabik-alladhi anzalta wa binabiik- alladhi arsalt' (Oh Señor me he sometido a Ti, he confiado a Ti mis asuntos, he vuelto mi rostro hacia ti, y he depositado mi completa confianza en Ti, con esperanza y temor, no hay refugio ni salvación de Ti, salvo en Ti, he creído en el libro que Has revelado, y en el Profeta que has enviado). Quien haga de estas sus últimas palabras, si muere esa noche morirá en el estado natural del Islam”.[5]
Cuando se levantaba para la oración de la noche decía: “Oh Allah Señor de Yibril (el arcángel Gabriel), de Mikail (el arcángel Miguel), Israfil (el arcángel Rafael). Originador de los cielos y de la tierra, conocedor de lo oculto y de lo manifiesto. Tú decides entre tus siervos sobre lo que solían tener diferencias. Guíame hacia la verdad con tu beneplácito. Ciertamente Tú guías a quien quieres por el sendero recto”[6]
Cuando se despertaba del sueño solía decir: “Al-hamdu lillaahi-lladi ahiaana ba`da ma amaatana wa ilaihin-nushur.” (La alabanza sea para Allah quien nos ha traído a la vida luego de la muerte, y ante Él resucitaremos para que nos juzgue por nuestras obras). Luego de esto se limpiaba los dientes y ocasionalmente recitaba los últimos diez versículos de Surah Aali-`Imran.[7]
Solía despertarse cuando el gallo cantaba y decía: “Al-hamdulillah (La alabanza sea para Allah), “Aláhu akbar” (Allah es el más grande), y “La ilaaha ill-Allah” (No hay divinidad salvo Allah), y luego hacía súplicas.
Decía: “Un buen sueño es de Allah, y un mal sueño es de Satán. Por lo tanto si alguno de ustedes tiene un sueño que le disguste, debe escupir [levemente] a su izquierda tres veces cuando se despierte y buscar refugio en Allah de Satán, y de esa forma el sueño no lo perjudicará. Y no le debe decir a nadie acerca de él. Pero si ve un buen sueño debe considerarlo buenas nuevas pero no hablar de ello excepto a quienes ama”.[8]
Y el aconsejaba a todo aquel que tuviera un mal sueño darse la vuelta hacia el otro lado, y le aconsejaba a él orar.