. Las enseñanzas del Profeta r sobre arreglarse, la apariencia y la vestimenta[1]
– El Profeta r con frecuencia usaba esencias y le agradaba el perfume. Nunca lo rehusó si se le ofrecía. Su esencia favorita era el almizcle.
– Le gustaba el siwaak (cepillo de dientes), y lo usaba ya fuera que estuviera ayunando o no. También lo usaba al despertar, antes de completar el wudhu', al momento de orar y al entrar en su hogar.
– Usaba delineador en los ojos y decía: “El mejor delineador es el antimonio; aclara tus ojos y ayuda a crecer el cabello”.[2]
– Solía peinar su pelo y su barba él mismo, y otras veces Aisha y lo hacía por él. Sus enseñanzas sobre afeitar la cabeza era afeitarla completa o dejarse crecer el cabello. Prohibía afeitar una parte de la cabeza y dejar otra sin afeitar.
– Nunca fue reportado que afeitara su cabeza excepto como parte de los ritos del Hayy y la Umrah. Su cabello no era ni corto ni largo, pero llegaba hasta los lóbulos de sus orejas.
– Decía: “Sean diferentes a los politeístas, dejen crecer la barba y recorten el bigote”.[3]
– Solía vestir la ropa que estuviera disponible, fuera de lana, algodón o lino. Su vestimenta preferida era la camisa larga.
– Vistió una túnica Yemení y una de color verde, prendas largas abiertas en el frente o atrás, pantalones, una faja en la cintura y un manto. Vistió calzado de cuero, sandalias y un turbante.
– Solía envolver la punta de su turbante debajo de su quijada. Algunas veces dejaba caer la punta del turbante por su espalda y otras veces la dejaba en su lugar.
– Vistió prendas negras y uso una falda y una capa de color roja.
– Usaba un anillo de plata y volteaba su piedra hacia la palma de su mano.
– Si vestía una prenda nueva decía: “Oh Señor, eres Tú quien me ha dado esta camisa o manto o turbante. Te pido su bien y el bien para el cual fue hecho, y busco refugio en Ti de su mal y el mal para el cual fue hecho”.[4]
– Cuando se ponía una camisa, siempre comenzaba por el lado derecho.
– Daba prioridad al lado derecho al ponerse los zapatos, peinarse, en el wudhu' y al tomar y dar algo.
– Cuando estornudaba, él solía poner su mano o su prenda sobre su boca para acallar el sonido.
– Era más tímido que una doncella en sus habitaciones privadas.
– Se reía cuando algo era gracioso, pero su risa era, usualmente, no más que una sonrisa. Cuando era más extrema se podían ver sus molares. Su llanto era similar a su risa; no lloraba levantando excesivamente su voz. Pero sus ojos derramaban lágrimas y el murmullo de su pecho podía ser oído.