– De sus Enseñanzas era honrar el día viernes y la oración del viernes (al-Yumu`ah), designando para ello prácticas particulares tales como tomar un baño, vestir las mejores ropas, oír atentamente el sermón e invocar bendiciones para el Profeta r con frecuencia.
– Solía saludar a los orantes, ascender hasta el púlpito, mirar a los creyentes, saludarlos y luego sentarse. Luego Bilal y hacía el llamado a la oración (al-adhán), y luego el Profeta r empezaba inmediatamente su sermón sin ningún interludio. Mientras estaba pronunciando el sermón se recostaba en un arco o un bastón, pero eso era antes de adoptar el púlpito.
– Pronunciaba el sermón de pie, luego se sentaba brevemente tras lo cual se levantaba para un segundo sermón.
– Pedía a los orantes que se sentaran cerca a él y que oyeran atentamente. Decía que un hombre no debía ni siquiera decirle a otro que pusiera atención, ya que eso sería considerado una distracción tal que le anularía la recompensa de su oración al-Yumu`ah.
– Cuando disertaba sus ojos se enrojecían, su voz se volvía más fuerte y mostraba ira creciente como si estuviera exhortando a un ejército.
– Solía hacer corto su sermón y alargar la oración.
– En el sermón enseñaba a sus compañeros los fundamentos del Islam y las leyes. Mencionaba órdenes y prohibiciones cuando era necesario.
– Interrumpía su sermón por cualquier necesidad inesperada o para responder una pregunta, y luego retomaba su discurso. Podía también descender del púlpito para alguna necesidad y luego regresaba. Trataba asuntos de actualidad en su sermón y cuando notaba la pobreza entre la congregación, alentaba la caridad.
– Apuntaba con su dedo índice cuando mencionaba a Allah, y si había sequía, invocaría a Allah por lluvia.
– Luego de la oración del Yumu`ah, entraba a su casa y hacía su oración sunnah de dos rak`at. También le decía a aquellos que hacían la oración del Yumu`ah que oraran cuatro rak`at luego de ella.