En Asia central, el jorasán se independizo pronto del califato abbasi sucediendole tres dinastías enraizadas en la tradición irania del país: la de los tahiries (820-872), con centro primero en Marv y luego en naysabur. La de los saffaries (872-908), fundada por Yacub Al-Saffar, que incorporo a los dominios de los tahiries la mayor parte de Persia y los territorios limítrofes con la India. Le sucedió la dinastía de los Samanies (900-999), que creo Naser ibn-Ahmad, nieto de Saman, y que ejerció el poder en transjordania, el Jorasán, Sijistán y Tabaristán, figurando en sus dominios las ricas ciudades de Bújara y Samarcanda, rivales de Bagdad por sus estudios y desarrollo del saber, por su magnificencia (8).
Una dinastía turcomusulmana, la de los Gaznavies, cuyos inicios se sitúan en Gazna el año 932, fundo el imperio gaznavi, extendido por el Afganistán y el Penjab (162-1186), que alcanzo su época áurea en tiempos de Mahmud de Gazna (999-1030, islamizador del norte de la India con centro en Lahore.
En el Irán occidental, el chiíta Ahmad al-Buyhí estableció en el 945 el sultanato de los Buyhies o Buidas, con los restos del imperio abbasi que comprendían la mayor parte del Irán y Mesopotamia. Habiendo fijado en Chiraz su capital este sultanto perduro hasta la llegada de los turcos selyúcidas en 1055. en todo este tiempo, los sultanes designaban con entera libertad a los califas de la familia abbasi, y gobernaban a su antojo.