
La exégesis coránica y la especulación religiosa de esta época dieron lugar a los movimientos filosóficos religiosos. Un discípulo de Al- Basri, Vásil inb- Ata (m.748), fundo en Basora la escuela mutazilí (“disidente “de la de su maestro), defensora de la libertad del hombre en el problema de la relación entre la fe y las obras, racionalista y propugnadora del libre albedrío, que extremo la unidad de Dios, no admitiendo la posibilidad de asignarle atributos y menos el antropomorfismo de Alláh, pero insistiendo en el principio de la justicia divina.
La escuela cadarí, defensora también de la libertad humana frente a la predestinación y partidaria asimismo del libre examen por oposición a los predeterministas rigurosos, fue la primera escuela filosófica. Como primera secta propiamente religiosa cabe considerar a los Jarichíes (o parejitas) disgregados de los chiítas o partidarios de Alí, demócratas puritanos, enemigos de los joraichitas y del culto a los santones los ibadies actuales son su última derivación. Volveremos a referirnos a ellos. Los murijies o murgies, más tolerantes, tuvieron menos trascendencia, pero frente a los Jarichíes declaraban esencial la profesión de fe, que no quedaba anulada por una culpa grave. Mucha mayor importancia tuvo el chiísmo a que nos hemos referido accidentalmente. El chiísmo introdujo en el islamismo un elemento nuevo: el imam o imán, persona que hace de intermediario entre Dios y el creyente, en especial Alí y sus descendientes. Su fundador fue Abdullah ibn-Otmán, judío islamizado (ismailitas, carmatianos, nusairies y drusos, salieron del tronco chiíta).